Pedro Coronel, pintor y escultor, exploró la plástica hasta alcanzar un lenguaje cada vez menos figurativo, producto de un ir y venir entre la figuración y la abstracción, hasta conseguir una síntesis abstracta radical con un estilo inconfundible.
Esta muestra recorrió el tránsito gradual de Coronel hacia la abstracción, donde experimentó paralelamente con la figuración semi-abstracta y la abstracción total. Desmarcado de los cánones de la Escuela Mexicana de Pintura su postura resultó en una estética que mantuvo una connotación profundamente nacional, tanto en su colorido como en los signos, a la vez que creó un lenguaje propio. Además, la exposición reconoció al Coronel coleccionista, cuyo acervo personal no sólo constituye una radiografía de su sensibilidad, sino que representa un inconmensurable gesto de generosidad hacia el pueblo de México, a quien donó en vida más de 1200 obras de su colección.